En conferencia virtual, Timothée Chalamet habló de los retos de interpretar a un personaje antes representado por GeneWilder y Johnny Depp en Wonka.
Ciudad de México. Son ya dos ocasiones en las que Willy Wonka, el extravagante, alocado e ingenioso y un poco traumado chocolatero, salido de los cuentos infantiles del escritor británico Roald Dahl, ha conquistado a sus fans en la pantalla grande.
Primero en 1971, por Gene Wilder; Después, en 2005, con Johnny Depp. Ahora su tercera versión llegará a salas nacionales desde hoy, en su preestreno, con Timothée Chalamet como su intérprete en Wonka.
La nueva trama, dirigida por Paul King (Paddington), muestra a un Willy completamente diferente a sus antecesores, siendo apenas un joven idealista sin un peso en la bolsa, pero con un sombrero lleno de sueños.
“Está situada 25 años antes de Charlie y la fábrica de chocolate, de Tim Burton, entonces se trata de un joven dando sus primeros pasos en el mundo y que espera las mejores cosas pese a que no tiene una bienvenida tan linda y cálida, es alguien que no acepta un ‘no’ como respuesta de nada y eso hace que las cosas poco a poco vayan cambiando y siendo justo como deben ser”, explicó King en conferencia virtual para presentar el filme, que mañana tiene su estreno general.
“Y creo que, en cierto modo (que existieran las otras propuestas), lo hizo un poco sencillo, porque estás escarbando en los inicios de estos personajes extremadamente bien trabajados y extraordinarios, pero que por fuera hacían parecer que las cosas nunca se le dieron muy fácil y realmente no sabíamos bien qué tanto trabajo le costaron. Lo grandioso de trabajar con el mundo de alguien más es que puedes pararte en sus hombros y jugar con todas las ideas ya planteadas. Fue como tener esta caja extraordinaria de ideas y esperar poder crear algo tan bueno como ellos”, agregó el cineasta.
Wonka presenta a un Willy mucho más inocente, soñador y en bancarrota, quien llega a un pueblo con el sueño de abrir su propia tienda en la plaza más prestigiosa del lugar. Sin embargo, descubre que está dominada por un cartel de chocolateros que irá hasta las últimas consecuencias para impedir que entre al negocio.
De esta forma, Wonka invita a los espectadores a un viaje lleno de magia, chocolate y pura imaginación, una travesía que logró emocionar hasta al mismo Chalamet, quien pese a estar consciente del tamaño de reto que se venía con el prestigio de lo hecho por Wilder y Depp, supo que no podía dejar pasar la oportunidad.
“Me atrapó la idea de ser Willy Wonka porque es un personaje tan querido y me convencí después de leer las primeras cinco páginas del guion y entender la idea tan ingeniosa de Paul, hacia donde se dirigía y que pudiéramos ver a Willy en camino por convertirse en el Wonka que conocemos.
“Cuando un personaje es tan querido, la gente es muy protectora con él y, entonces, son muy escépticos con lo nuevo, pero cuando leí la historia se sentía como algo que valía la pena intentar”, compartió Chalamet, en el mismo encuentro.
Wonka contó con el apoyo de algunos amigos, quienes lo ayudaron a cumplir el sueño. Chalamet aseguró que si logró concretar su propia versión fue gracias a todo el equipo detrás, desde el elenco, staff y hasta coreógrafos que lo ayudaron a ir ideando cada movimiento y capa de su rol.
La idea de que las personas de quienes te rodeas son una parte crucial para cumplir cualquier sueño, también era un mensaje que al director le interesaba imprimir en su pieza.
“Es realmente una película acerca de la familia, el respaldo y las huellas que estos miembros dejan en nosotros y también las familias que forjamos en el camino. Willy llega a un pueblo donde no conoce a nadie y se las arregla para encontrar este grupo de amigos con quienes logra cosas extraordinarias”, destacó Paul.
Olivia Colman, Sally Hawkins, Hugh Grant, Keegan-Michael Key, Paterson Joseph y Rowan Atkinson también forman parte de esta nueva aventura.
Con información de Excélsior.