Entre los fallecidos aún no se ha determinado el número de soldados y civiles, y hubo también militares y otras personas —al menos unos cincuenta— secuestradas por milicianos y hechas cautivas en Gaza, donde ahora el grupo islamista Hamás y Yihad Islámica dicen que las usarán como moneda de cambio para pedir la libertad de prisioneros palestinos.
La país fue ahgarrado desprevenido esta mañana en una ofensiva por tierra, mar y aire de milicianos palestinos de Gaza que atacaron el área fronteriza y pudieron avanzar ante el desconcierto del Gobierno y el aparato de Seguridad israelíes, que perdieron control de puntos clave y de comunidades israelíes colindantes con Gaza, zonas que en parte todavía no han recuperado y que siguen bajo extrema tensión.
“Salí y vi montones de cadáveres de terroristas, civiles, coches baleados. Un mar de cadáveres, dentro de Sderot a lo largo de la carretera, en otros lugares, montones de cadáveres”, dijo Shlomi desde Sderot.
Israelíes aterrorizados, atrincherados en habitaciones seguras, contaron su difícil situación por teléfono en televisión en vivo.
“Acaban de llegar de nuevo, por favor envíen ayuda”, dijo una mujer identificada como Dorin a N12 News de Israel desde Nir Oz, un kibutz cerca de Gaza. “Mi marido mantiene la puerta cerrada… Están disparando ráfagas”.
Esther Borochov, que huyó de una fiesta rave atacada por hombres armados, dijo que sobrevivió haciéndose la muerta en un coche después de que el conductor que intentaba ayudarla a escapar recibiera un disparo a quemarropa.
“No podía mover las piernas”, dijo a Reuters en el hospital. “Vinieron los soldados y nos llevaron a los arbustos”.
En Gaza, humo negro y llamas anaranjadas se elevaban hacia el cielo nocturno desde una torre alta golpeada por un ataque de represalia israelí. Multitudes de dolientes cargaron por las calles los cuerpos de militantes recién asesinados, envueltos en banderas verdes de Hamas.