CDMX.- Las fuertes ráfagas de viento provocaron que se viviera un momento de nerviosismo y sobrecogedor en el hoyo 17 cuando tres árboles de grandes dimensiones se desplomaron sobre el público.
Afortunadamente se pudo confirmar que no hubo heridos a pesar de que las imágenes captadas por las cámaras de televisión hacían presagiar lo peor.
Fue cerca del hoyo 17 cuando se vivió el momento más peligroso de la jornada y que obligó a que la jornada se paralizara por segunda vez en la segunda jornada debido a los problemas climatológicos.
El Masters de Augusta se acercaba al segundo aplazamiento del día a las 16.20 hora local, cuando en la zona de sillas de la derecha de la salida del hoyo 17, la gente dejó de prestar atención al juego y mirar para arriba.
“Estaban lloviendo piñas y agujas de pino y teníamos el paraguas abierto para evitarlas. Nos reíamos y bromeábamos. De repente sonó un crujido y todos empezamos a correr. Cayó sobre una fila de sillas. Tuvimos mucha suerte”.
Testimonios recogidos por el Augusta Chronicle, el periódico local de la localidad donde se celebra el torneo de la chaqueta verde, construyen este relato inicial de lo que pudo haber sido una verdadera tragedia si el viento, que tampoco era tan intenso al menos en otras partes del campo, hubiese soplado en otra dirección.
Tres pinos, de unos 25 metros de alto, se vencieron sin, por fortuna, tener que lamentar daño alguno. La caída de los dos primeros provocó, por efecto dominó la del tercero, que fue la que recogió la imagen del vídeo que ha dado la vuelta al mundo.
Ni siquiera hubo heridos. Uno de ellos cayó en una zona de sillas que en esos momentos se encontraba vacía. Coincidencia en el tiempo, el juego quedó suspendido dos minutos después por el riesgo de tormenta eléctrica.
Hay que recordar que en esa misma calle del hoyo 17, unos metros más adelante, otro pino, el llamado árbol de Eisenhower porque el ex presidente de Estados Unidos lo golpeaba cada vez que jugaba ese hoyo y quiso infructuosamente que lo talasen, fue retirado en febrero de 2014 después de que una intensa nevada lo dañara. Son árboles de más de un siglo, pero que el Augusta National revisa minuciosamente cada cierto periodo.
Con información de Marca