La Corte Suprema de Rusia declaró el martes al Regimiento Azov de Ucrania como una organización terrorista proscrita en Rusia, lo que expondría a prisioneros de guerra ucranianos capturados a que se los acuse de terrorismo.
El Regimiento Azov fue crucial en la defensa de la ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania. Las autoridades y la prensa estatal rusas lo retratan como una unidad nazi que comete atrocidades contra civiles ucranianos, aunque no han aparecido pruebas que respalden semejante afirmación.
La agrupación es una unidad de la Guardia Nacional ucraniana. Surgió de un grupo llamado Batallón Azov, formado en 2014 como una de las muchas brigadas voluntarias que surgieron para reforzar a las fuerzas armadas ucranianas, mal pertrechadas y conducidas, en la lucha contra los separatistas respaldados por Rusia en el este del país.
Los primeros combatientes del Azov provenían de círculos de la extrema derecha y recibieron críticas por algunas de sus tácticas. Sus efectivos actuales rechazan las acusaciones de nacionalismo y extremismo.
En mayo, la Fiscalía General rusa pidió a la corte que designara al regimiento organización terrorista.
Decenas de combatientes del Azov están presos en Rusia, donde se los ha acusado formalmente de matar a civiles.
La semana pasada, decenas de prisioneros de guerra ucranianos murieron en un ataque a una colonia penitenciaria en Olenivka, una ciudad del este está controlada por separatistas prorrusos. Moscú y Kyiv han intercambiado acusaciones por el ataque. Ucrania dice que Rusia atacó el lugar para encubrir las torturas que sufrieron los prisioneros de guerra.
En una serie de ataques que han ayudado a subir la moral del país, los ucranianos utilizaron los HIMARS para atacar un puente decisivo sobre el río Dniéper, en Jersón, cortar el tráfico por la estructura y crear posibles problemas de suministro para las fuerzas rusas en la zona.
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