La cifra de fallecidos en un ataque ruso con misiles sobre bloques de apartamentos en Zaporiyia, en el sur de Ucrania, ascendió a 11 personas el viernes. Rusia volvió a golpear la ciudad con proyectiles y, por primera vez, con drones cargados de explosivos.
Ante las duras derrotas de su ejército en el campo de batalla en las últimas semanas, Moscú ha desplegado aviones no tripulados de fabricación iraní para atacar blancos ucranianos. Los “drones kamikaze”, no tripulados y de un solo uso, son más baratos y menos sofisticados que los misiles pero han demostrado ser efectivos a la hora de causar daños en objetivos sobre el terreno.
Según el Gobernador de la región, Oleksandr Starukh, los drones iraníes Shahed-136 dañaron instalaciones de infraestructura en la ciudad de Zaporiyia en la primera vez que se empleaban allí. También hubo ataques con proyectiles que dejaron un herido, agregó.
Los Servicios de Emergencias de Ucrania dijeron que el número de fallecidos a causa de los misiles rusos S-300 que alcanzaron la ciudad en la víspera subió a 11 y que otras 21 personas fueron rescatadas de entre los escombros de los departamentos destrozados.
“No fue un ataque aleatorio sino de una serie de misiles dirigidos contra edificios de varias plantas”, escribió Starukh en su canal de Telegram.
Zaporiyia es una de las cuatro regiones ucranianas que el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, reclamó ilegalmente como parte del territorio ruso. La provincia alberga la mayor central nuclear de Europa, que está bajo ocupación rusa, pero la ciudad homónima sigue controlada por Kiev.
Según los reportes, Rusia estaría utilizando los S-300, que originalmente eran un arma antiaérea de largo alcance, como misiles para ataques terrestres ante la escasez de otras armas más adecuadas para este tipo de acciones.
El ejército ucraniano dijo que la mayoría de los aviones no tripulados que derribó el jueves y en la madrigada del viernes eran Shahed-136 de fabricación iraní. Es poco probable que estar armas tengan un efecto significativo en el curso de la guerra, apuntó el Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo con sede en Washington.
“Han empleado muchos drones contra objetivos civiles en zonas de la retaguardia, posiblemente con la esperanza de generar efectos no lineales a través del terror. Estos esfuerzos no están teniendo éxito”, señalaron analistas del centro de estudios.
Por su parte, la capacidad ucraniana para capturar y reacondicionar tanques y otros equipos rusos sigue siendo un factor importante en su ofensiva para repeler la invasión.
Las tropas de Kiev se han hecho con al menos 440 tanques y alrededor de 650 vehículos blindados desde el inicio de la guerra, indicó el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña el viernes.
“El hecho de que las tropas rusas no destruyeran los equipos intactos antes de retirarse o rendirse pone de manifiesto su pobre formación y el bajo nivel de disciplina de combate”, destacó el parte británico. “Con las formaciones rusas sometidas a una gran presión en varios sectores y con las tropas cada vez más desmoralizadas, es probable que Rusia siga perdiendo armamento pesado”.
El ejército ucraniano dijo además el viernes que Rusia movilizó a 500 excriminales para reforzar sus filas en la región oriental de Donetsk, donde Kiev ha recuperado territorios. Las nuevas unidades están comandadas por oficiales procedentes de las fuerzas del orden, agregó.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el jueves que Putin, que cumple 70 años el viernes, ha elevado el riesgo de un “armagedón” nuclear a su nivel más alto desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962, ya que los funcionarios rusos discuten la posibilidad de utilizar armas nucleares tácticas tras sus reveses en el frente.
Durante un evento de recaudación de fondos del Partido Demócrata, Biden señaló que su homólogo es “un tipo al que conozco bastante bien” y no “bromea cuando habla del uso de armas nucleares tácticas o de armas biológicas o químicas”.
En la capital de República Checa, los líderes de la Unión Europea se reunieron en el Castillo de Praga para tratar de salvar sus notables diferencias en cuanto al límite en el precio del gas natural, mientras la cercanía del invierno y la guerra rusa en Ucrania avivan una importante crisis energética.
Como respuesta al aumento del respaldo europeo a Ucrania, Moscú redujo o cortó el suministro de gas natural a 13 socios comunitarios, lo que podría elevar el precio del gas y la electricidad cuando se alcance el pico de demanda en los meses de invierno.
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