La muerte del Papa Francisco en la madrugada de este lunes marcó el final de un pontificado transformador, caracterizado por su enfoque progresista y por su intento de acercar a la Iglesia Católica a los desafíos del mundo contemporáneo. Ahora, la atención global se centra en la elección de su sucesor, una decisión que recaerá en el Cónclave, compuesto por 135 cardenales menores de 80 años.
El perfil del próximo pontífice será determinante para el rumbo que tomará la Iglesia. Entre los posibles candidatos se destacan figuras con posturas diversas, que van desde la continuidad de las reformas impulsadas por Francisco hasta posturas más tradicionales o conservadoras.
Los favoritos del Vaticano
Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, es uno de los nombres más fuertes. A sus 70 años, el cardenal italiano representa una línea moderada con amplia experiencia diplomática. Aunque su perfil conciliador podría ser bien recibido, su cercanía con el poder y su rol actual le juegan en contra, ya que tradicionalmente no se elige a los secretarios de Estado como pontífices.
Peter Erdö, de Hungría, es otro candidato con posibilidades. De 72 años, es conocido por sus posturas conservadoras en temas como el matrimonio y los derechos LGBTQ+. Su bajo perfil mediático podría dificultar su elección, pese a su peso dentro de la Iglesia europea.
Luis Antonio Tagle, cardenal filipino de 67 años, podría convertirse en el primer Papa asiático. Su enfoque pastoral y progresista ha sido clave en su carrera, aunque algunos cardenales podrían cuestionar su experiencia administrativa.
Matteo Zuppi, italiano de 69 años, es cercano a Francisco y ha trabajado activamente en temas de paz y diálogo interreligioso. Su perfil pastoral y ecuménico, sin embargo, podría no convencer a los sectores más conservadores del Cónclave.
Los “tapados” y los nombres emergentes
En África destacan dos figuras: Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, y Peter Ebere Okpaleke, de Nigeria. Ambongo, de 65 años, representa una línea conservadora dentro del continente, mientras que Okpaleke, de 62, es considerado una figura de centro con una historia marcada por su perseverancia pastoral.
En Medio Oriente, surge el nombre del cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, de 60 años. Aunque italiano, su trabajo misionero y su cercanía con las minorías cristianas lo ubican como una opción con proyección internacional.
También figura Charles Maung Bo, arzobispo de Yangón (Myanmar), de 76 años, reconocido por su condena a la violencia militar en su país. Aunque su edad juega en su contra, su figura representa el sufrimiento de las Iglesias perseguidas.
La representación latinoamericana
Con 24 cardenales electores, América Latina tiene una presencia significativa, aunque las probabilidades de que un nuevo Papa surja de la región son bajas tras el pontificado de Francisco.
Entre los nombres argentinos destacan Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; Ángel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba; Vicente Bokalic Iglic, recientemente nombrado cardenal, y Mario Poli, arzobispo emérito de Buenos Aires. Si bien ninguno es considerado favorito, todos figuran en las deliberaciones.
Desde México, los cardenales Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega también estarán presentes en el cónclave, junto a representantes de Cuba, Guatemala, Nicaragua, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
¿Qué buscan los cardenales?
El legado de Francisco redefinió la geopolítica del Vaticano. De los 135 cardenales electores, 110 fueron designados por él, ampliando la representación de regiones antes marginales como Asia y África. Aunque los italianos siguen siendo el bloque más numeroso, su influencia ha disminuido.
La clave estará en definir si la Iglesia desea continuar el camino reformista de Francisco o retornar a una línea más tradicional. La elección del nuevo pontífice no solo será una decisión espiritual, sino también una señal clara sobre la dirección institucional y pastoral que asumirá la Iglesia Católica en los próximos años.
El proceso del cónclave
El cónclave será convocado en los próximos días. En él, los cardenales menores de 80 años votarán de forma secreta hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Las votaciones se realizarán en la Capilla Sixtina, en un ambiente de aislamiento y oración, con el objetivo de garantizar una decisión libre de presiones externas.
Al final del proceso, la tradicional fumata blanca anunciará al mundo que la Iglesia tiene un nuevo líder. Con ello, comenzará una nueva etapa en la historia del catolicismo.
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