EU. – El científico estadounidense David Julius y el estadounidense de origen libanés y armenio, Ardem Patapoutian, ganaron este lunes el Premio Nobel de medicina por sus descubrimientos sobre la forma en la que el sistema nervioso percibe la temperatura y el tacto.
Sus “descubrimientos revolucionarios” nos han “permitido comprender cómo el calor, el frío y la fuerza mecánica pueden desencadenar impulsos nerviosos que nos permiten percibir y adaptarnos al mundo”, informó el jurado del Nobel en Estocolmo. Quien recordó que nuestra capacidad para sentir el calor, el frío y el tacto es esencial para la supervivencia y sustenta nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
La manera en la que funciona nuestro cuerpo detrás de nuestros sentidos ha generado curiosidad durante miles de años. ¿Cómo los ojos detectan la luz? ¿Cómo las ondas sonoras afectan nuestro oído? ¿Cómo los compuestos químicos interactúan con nuestros receptores en la nariz y boca generando el olfato y el gusto? ¿Cómo podemos sentir el calor del sol o la brisa? Estas impresiones de temperatura, tacto y movimiento son esenciales para nuestra adaptación al entorno en constante cambio.
Aunque durante la primera mitad del siglo XX, quedó claro que la temperatura y la presión activan diferentes tipos de nervios en la piel.
Antes de los descubrimientos de David Julius y Ardem Patapoutian, nuestra comprensión de cómo el sistema nervioso percibe e interpreta nuestro entorno aún contenía una pregunta fundamental sin resolver: cuáles eran los transductores moleculares responsables de detectar y convertir el calor, el frío y el tacto en impulsos nerviosos en el sistema nervioso sensorial.
David Julius, de 65 años, profesor de la universidad de California, usó capsaicina (o capsicina), un compuesto activo de los pimientos picantes que causa una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor.
Ardem Patapoutian, profesor de Scripps Research en California y nacido en 1967, utilizó células sensibles a la presión para descubrir un nuevo tipo de sensores que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos.
Entre los principales candidatos a ganar el Nobel de Medicina de este año figuraban las vacunas de ARN mensajero, así como investigadores en adhesión celular, en epigenética o resistencia a los antibióticos y nuevas formas de tratamientos en reumatología, según expertos en premios científicos consultados por la AFP.
Con iinformación de El Espectador