La violencia contra manifestantes dejó también a seis heridos de bala
Miles de personas volvieron a tomar este domingo las calles de la ciudad de Mandalay, Birmania (Myanmar), donde ayer murieron dos manifestantes por disparos de la Policía durante una protesta contra la junta militar que tomó el poder mediante un golpe de Estado el 1 de febrero.
Portando pancartas de rechazo al régimen militar, los manifestantes tomaron algunas de las calles céntricas de la ciudad, en protesta contra el golpe y contra la violencia policial que ayer costó la vida a dos personas y dejó al menos seis heridos de bala.
Ambos fallecidos habían acudido en apoyo de trabajadores de astilleros en huelga por unirse al movimiento de protesta y a los que las autoridades querían forzar a trabajar.
Los testigos afirmaron que la Policía reprimió la protesta del sábado con munición real y balas de goma, bombas de gas lacrimógeno, y con proyectiles metálicos fabricados con tornillos y lanzados con tirachinas.
Con las dos muertes del sábado son ya tres los fallecidos por la represión policial en las protestas contra los militares, tras confirmarse el viernes el fallecimiento de Mya Thwe Thwe Khine, una joven de 20 años que murió de un disparo policial en una protesta, y cuyo funeral se celebra hoy en la capital, Naipyidó.
La imagen de la joven, que pasó diez días en estado crítico antes de perder la vida, se ha convertido en un símbolo de las protestas, que mantienen su vigor en las principales ciudades del país pese a la violencia y el alto número de arrestos (569 desde el inicio del golpe según la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos).
Uno de los últimos detenidos es el famoso actor Lu Min, arrestado anoche por su apoyo a las protestas contra el golpe de Estado, según confirmó su esposa en su perfil de Facebook.
Khin Sabai Oo contó entre sollozos en un vídeo publicado en el perfil de Facebook oficial de su marido que varios policías irrumpieron en su casa de Rangún forzando la puerta y se lo llevaron, sin precisar adónde.
Mu Lin, que ha tomado parte en varias protestas en Rangún, era una de los seis celebridades buscadas por el Ejército desde el miércoles por haber infringido la ley contra la incitación, al haber animado a funcionarios a participar en manifestaciones, y puede enfrentarse a una pena de hasta dos años de prisión.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre en los que la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Aung San Suu Kyi, arrasó, como ya hizo en 2015.
Con información de EFE