Japón celebró la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), aprobada por 14 votos a favor y una abstención, que reclama “un alto al fuego inmediato” entre Israel y Hamás, y pidió que esta “sea respetada”.
“Nuestro país ha votado a favor de la propuesta basándonos en nuestra postura humanitaria y celebramos que se haya aprobado por mayoría”, dijo hoy el portavoz gubernamental japonés, Yoshimasa Hayashi, en una rueda de prensa.
Tokio, miembro no permanente del Consejo y que termina su mandado este año, pidió también que se “tomen acciones sinceras respetando esta resolución y las leyes humanitarias internacionales” y dijo que seguirá implicado en los esfuerzos diplomáticos para buscar un acercamiento “para mejorar la situación”.
La resolución, que fue aprobada tras cuatro intentos fallidos previos, fue presentada por los diez miembros no permanentes del Consejo, entre los que hay países africanos, asiáticos, europeos y latinoamericanos, lo que da una idea de la percepción mundial de urgencia de la guerra de Gaza.
En las cuatro ocasiones anteriores, Estados Unidos -aliado incondicional de Israel- vetó tres resoluciones porque, según el Gobierno estadounidense, un alto el fuego permitiría el rearme de Hamás, mientras que el pasado viernes fueron Rusia y China las que vetaron la resolución de Estados Unidos, con el argumento de que no contenía un vocabulario claro y contundente para exigir un alto el fuego
Hayashi también se refirió hoy a la aportación a los fondos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa), después de que Japón suspendiera su ayuda en enero debido a los supuestos vínculos de varios de sus miembros con el grupo islamista Hamás.
“Japón está intercambiando opiniones para que se tomen medidas necesarias para el mantenimiento de la gobernanza de la Unrwa con el fin de que se pueda volver a contribuir al fondo”, dijo Hayashi.
Las declaraciones del portavoz japonés se producen antes de una visita a Japón prevista esta semana de Philippe Lazzarini, responsable de la Unrwa, y que tendrían como objetivo facilitar las conversaciones para que se retome la aportación de fondos.
Al retirar la financiación, Japón destacó, sin embargo, el papel “esencial” de la agencia para proporcionar servicios de salud, atención médica, educación y alimentos a millones de refugiados palestinos, especialmente en la Franja de Gaza, pero reclamó a la misma “una investigación formal”.
Con más de 30 mil empleados, la Unrwa es la mayor organización de Gaza al margen del Gobierno de la Franja, controlado de facto por Hamás desde 2007.
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