QATAR.- En el futbol hay una máxima que está escrita, pero que en Copas del Mundo se repite cada cuatro años. La diferencia entre las selecciones aspirantes y las candidatas al título es simple: Las segundas cometen pocos errores y definen cuando tiene que cargar el partido a su favor, los otros, no. No falla.
Inglaterra aprovechó lo que tuvo y desde la primera mitad definió su pase a los Cuartos de Final de la justa en Oriente Medio.
Senegal es de esas selecciones que tienen la capacidad de poder sorprender al mundo, pero se quedan muy cerca, porque lo que esos países aspirantes no pueden meterse entre los grandes, porque falta el toque final, la jugada que separa a los que van a estar entre los mejores del planeta a los que sólo compiten por un lugar decoroso.
Los africanos, en el primer capítulo, tocaron dos veces la puerta rival e hicieron temblar a los ingleses. A los mismos que tuvieron en posesión el balón, pero que en la primera media hora no pudieron encontrar a llave para sellar ese dominio en el Al Bayt en medio de su pronto desesperación.
En ese par de ocasiones, justo pasados los 30 minutos, Dja Boulaye dejó callados a los miles de aficionados ingleses que abarrotaron el escenario inaugural, en Doha, (65,985 espectadores), pero el último guerrero defensivo, el portero Jordan Pickford, paró felinamente, lo que hubiera sido momentáneamente otro batacazo internacional. Momentáneo, sí, pero sorpresivo también.
Hasta ahí Senegal le plantó cara a los ingleses. Después los de la isla impusieron ese toque que hace la diferencia entre caciques y plebeyos.
Ahí Jude Bellingham dictó que los mundiales no son para las cenicientas, porque un pase suyo por banda hizo que Jordan Henderson calmara las aguas que en ese momento se estaban saliendo de su cauce. Luego el propio Bellingham capitalizó un mal rebote desde la zaga, lo condujo a terreno hostil magistralmente, cedió el balón a Phil Foden que a su vez dejó sólo a Harry Kane, por derecha, para fusilar a Mendy que sólo buscó no morir de rodillas lanzándose a su costado.
Inglaterra supo que el juego estaba en la bolsa. Senegal estaba muerto al 45′ y el resto sería sólo trámite. Senegal había aceptado irse de Qatar porque su moral no dio más. La debilidad africana la volvió aprovechar Fonde que por izquierda encontró la manera de volver abofetear a sus rivales ya que un centro dejó a Bukayo Saka con la mesa servida para darle el tiro de gracia a una Senegal que no esgrimió argumentos futbolísticos para pensar que Inglaterra estaría en problemas de seguir con vida en Qatar.
Los ingleses bajaron la guardia. No arriesgaron más. La mente ya estaba puesta en Francia, la otra poderosa, con la que medir fuerzas futbolísticas será para la historia porque esta noche sólo fue un obstáculo en sus intenciones de pelear el trofeo mundialista negado desde 1966, es decir 56 años de no gritarle al mundo que ellos inventaron lo que apasiona a millones en la tierra.
Tanta pobreza exhibió Senegal que sólo tuvo una visita a la portería inglesa en los minutos finales que ya sólo sirvieron para la estadística, porque en el campo el bostezo fue más grande que la misma victoria inglesa.
Con información de Esto