Joven lleva a su sumiso a pasear y a hacer compras en supermercado de California; es cuestionada la pareja por exhibir estas prácticas; la desalojan de local
Si bien la pandemia ha sido muy lamentable, también nos ha dado escenas extrañas de todas partes del mundo, como la de una joven dominatrix que pasea a su sumiso como si fuera un perro, sí, con bozal y correa, en un centro comercial en Los Ángeles, California, en Estados Unidos.
La fotografía de Mistress Lark se ha vuelto viral en redes sociales, y es que se le ve dentro de un comercio, en Erewhon, mientras lleva de la correa a su “perro”; es decir, a su sumiso, quien anda en “cuatro patas”.
De acuerdo con un usuario de Twitter, quien dijo encontrarse en Erewhon al momento en que apareció esta pareja, la chica supuestamente estaba azotando al sumiso, por lo que fue desalojada del establecimiento.
“Salí con mi sumiso y mis amigos a grabar unos videos y a hacer compras. Nos detuvimos en Erewhon. Sólo quería un poco de jugo”, confesó la joven dominatrix, música, ilustradora y trabajadora sexual bisexual de 21 años, al Daily Dot.
Aclaró además que la tienda fue muy respetuosa, pues incluso la seguridad de ésta les permitió la entrada y mirar los objetos exhibidos para su compra hasta el momento en el que se les pidió, amablemente, se retiraran.
En entrevista con la periodista Ana Valens, del Daily Not, Mistress Lark explicó que el impacto social que este tipo de juegos (aclaró que no siempre deben ser tratados como sexuales) causan en público se debe no sólo a la dominación, sino al mostrar a una mujer con el poder.
“El juego público es obvio controversial. Siento que el estilo vida de dominación es algo que no necesariamente debería ser sexualizado”, ya que, dijo, hay una emoción psicológica que las personas buscan con este tipo de prácticas relacionadas con el poder y la sumisión.
Mistress Lark afirmó que la reacción que su visita a Erewhon causó, así como el debate que se originó en Twitter, se debe a una reacción de las personas por su miedo a descubrir la complejidad de la sexualidad, por ello su incomodidad, así como por sus deseos reprimidos por la presión social.