París. A la espera de presentar la primera colección de su nuevo diseñador, Chanel propuso ayer en París un desfile ligero y colorido.
La Semana de la Alta Costura parisina se celebra en medio de cambios y rumores que mantienen al mercado en suspenso.
El show de Chanel tuvo lugar sobre una estructura erigida en el centro de la nave del Grand Palais, formando la icónica doble C de la casa.
La idea era mostrar una colección como “un escenario cromático, que comienza al alba y reinicia después de la noche”, explicó el comunicado.
Unas creaciones imaginadas por el estudio de la histórica casa después de la repentina partida de la anterior directora artística Virginie Viard en junio.
Su sucesor, el discreto y muy respetado Matthieu Blazy, fue nombrado en diciembre, pero presentará sus primeras creaciones hasta septiembre.
El día para la mujer Chanel empieza con trajes de tweed blanco, amarillo pastel, verde agua o lila, continúa con tonos más vivos y se termina con vestidos de gala azul oscuro y negro.
Los trajes son revisitados y modernizados, con faldas más o menos cortas, shorts o bermudas, y los vestidos son encantadoramente ligeros, de muselina o satén, a veces con lentejuelas, cortos o largos.
Una larga e imponente capa azul cielo llevada sobre un vestido corto de lentejuelas recuerda inmediatamente a un abrigo de princesa de cuento de hadas.
Todo ello combinado con zapatos de tiras, planos o de tacón, azul cielo, lila, blanco o crema, con puntera negra.
Información: Excélsior.