CDMX.- Después de los banquetes de Girona y Vila-Real, al Barça no le sobró nada para sumar la séptima victoria en la Liga contra el Getafe (1-0), maestro del fútbol áspero que se agarró a la roca de Montjuïc nadie sabe cómo y que no terminó empatando de milagro.
Como no todos los días son fiesta, y la Mercè ya había pasado, el Barça hizo una primera parte más lineal. Bordalás se bajó del barco pirata en el que se había echado a la mar la temporada pasada. Aquello acabó con un 4-0 del Barça. Esta vez se quedó en tierra y cavó unas cuantas trincheras para no vivir al borde de un ataque de nervios.
Si algo no es negociable en el nuevo Barça de Flick, es la línea de la defensa. Así decidió el líder afrontar el segundo tiempo. Dio un paso hacia delante, con prisa por resolver el partido. Pablo Torre se inventó un par de acciones en el rincón izquierdo del área con Lamine y Balde de cómplices.
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