CDMX.- Arsenal, el conjunto de Mikel Arteta sale ileso y como líder, después de la presión sometida por Liverpool y Anfield durante los 90 minutos. Sufrió como el equipo campeón que ya aspiró a ser la temporada pasada y mantiene el primer puesto de la Premier League, al menos hasta dentro de cinco días, donde tendrá una nueva batalla ante el West Ham en el Emirates Stadium. Los reds estrellaron dos balones en el travesaño, pero deberán seguir la estela de los gunners en la clasificación. 1-1 final.
En una tarde nublada en Merseyride, Liverpool y Arsenal se encargaron de dar un buen regalo a todo el mundo del fútbol. Con la polémica de la Superliga aún candente, los dos conjuntos demostraron que va a ser inviable que el proyecto siga adelante sin contar con los clubes ingleses. Hoy por hoy, no hay un espéctaculo en el mundo como la Premier League: por nivel de sus jugadores, de los árbitros y del público… Con el liderato en juego, ninguno de los dos defraudó en Anfield.
El ambiente fue de partido grande. Tal y como había pedido Klopp en la previa. “Quien no pueda venir en diciembre, que deje su entrada a otro”. No hizo falta, Anfield era una caldera a punto de estallar y el balón aún no había echado a rodar. Los de Arteta llegaban como líderes, con el deber de sumar los tres puntos. Antes que el juego, se encontraron el gol. Un centro perfecto de Odegaard desde la izquierda encontraba la cabeza de Gabriel en una salida en falso de Alisson. Primera cañonazo sin tiempo de abordaje.
Pero el Liverpool, como buen veterano de guerra, bajó las pulsaciones dle partido y empezó a asentarse poco a poco. En parte, por la labor de uno de los mejores técnicos de Europa. Jürgen tomó al decisión de situar a Alexander-Arnold en el pivote con sus extremos bien pegados a la cal. El 66 se vistió de quarterback y empezó a nutrir de balones a Salah y a Luis Díaz. El arquero de Klopp parte desde la derecha, pero lanza sus mejores flechas desde el centro.
En uno de esos balones teledirigidos, el destinatario llevaba el 11 a la espalda. Tan zurdo que hipnotiza. Previsible, pero mortal. Mo Salah trazó una diagonal, que ha deleitado en innumerables tardes en Anfield. Zichenko era consciente de su maniobra, pero el egipcio es imparable. Regate preciso para adentrarse en el área y zurdazo a la escuadra de derecha de David Raya. Quién hubiera augurado en el pasado que la ciudad de los Beatles, iba a vibrar con el rock&roll de Klopp.
Un gol de Salah histórico en Liverpool
Ese tanto significó mucho más que el empate para la estrella de este Liverpool. Salah se convirtió en el jugador de la historia red que más participaciones de gol (88 goles, 33 asistencias) ha tenido en la Premier League. Superó con ese tanto, al emblema por excelencia del Liverpool, Steven Gerrard. El eterno capitán del Liverpool ha encontrado un digno sucesor en la figura del delantero egipcio.
El gol hizo añicos los planes de Arteta y sus futbolistas comenzaron a mirarse unos a otros inmersos en un mar de dudas. La figura de los centrales se hizo enorme y Gabriel y Saliba se multiplicaron para mantener a los suyos en el partido. El Liverpool de Klopp había olido la sangre y no quería dejar escapar a su presa en sus mejores minutos del encuentro. Los cambios añadieron más mordiente a un equipo que va sobrada de ella. Nuñez, Elliott y Gravenberch. Desde el banquillo red, sonaba aquello de más madera.
Liverpool con la chance del triunfo
El gol de la victoria lo tuvo Alexander-Arnold en su bota derecha. En un error infantil, donde Odegaard y Zinchenko se golpearon mutuamente siendo los últimos hombres un saque de esquina, el Liverpool corrió como una estampida de búfalos. A los mandas, el más rápido, Mo Salah. Por los flancos, Elliot, Alexander-Arnold y Szoboszlai. Declan Rice sólo podría mirar atónito la escena como si se hubiera trasladado de lleno a la pradera del Rey León.
El egipcio se decidió por el lateral diestro. Quizás por devolverle la asistencia que le había servido antes o quizás porque el era único que se movía por su zona natural. El 66 le pegó de primeras y el balón se fue directo al travesaño de David Raya. Los aficionados de Anfield se echaban las manos a la cabeza. El liderato de la Premier League estaba en ese disparo.
Nunca un sonido como el de ese larguero había sido tan celebrado por una afición. El liderato seguirá una semana más en Londres. El Arsenal saca un punto de oro de Anfield para mantenerse en lo más alto de la clasificación. El Aston Villa de Emery y los reds aguardan su oportunidad agazapados a un solo punto. El City, a cinco puntos con un partido menos. Preparen desfribilador y oxígeno porque esta Premier League promete ser larga.
Con información de Marca