Un vigilante comunitario del Santuario Tortuguero Playa de Puerto Arista reportó la visita inesperada de un Elefante Marino, hembra subadulta, de tres metros de longitud y 400 kilogramos de peso
Chiapas.- Los 10 meses de distanciamiento social por la pandemia de Covid-19 ha dejado avistamientos sorprendentes en playas mexicanas como el ocurrido esta semana en Chiapas, con la llegada de una hembra de elefante marino procedente de la Patagonia Argentina.
Primero fue la pesca de un salmón chileno en las costas de Baja California Sur, después el arribo de “Panchito”, otro elefante marino que llegó desde el Cono Sur a Nayarit y después el “Bebé Keiko”, una falsa orca en aguas someras de Quintana Roo.
El pasado martes 15 de diciembre, un vigilante comunitario del Santuario Tortuguero Playa de Puerto Arista reportó la visita solitaria e inesperada de un elefante marino (Mirounga leonina), hembra subadulta, de aproximadamente tres metros de longitud y 400 kilogramos de peso.
El mamífero marino, que tiene su hogar a 7 mil 500 kilómetros de distancia, fue visto muy temprano nadando en una zona conocida como Manglares de la Barra, pero los habitantes de la localidad lo habían confundido con una ballena.
La identificación del ejemplar se logró gracias al apoyo de Arturo Romero Tenorio, especialista de la Fundación Amikoo-Dolphinaris y de Juan Pablo Gallo Reynoso, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Unidad Guaymas.
Después de tres intentos de arribo a la playa para descansar, personal del Santuario pudo montar vigilancia con apoyo de elementos de la Guardia Nacional, para permitir que el Elefante Marino pueda descansar sin el asedio de los curiosos.
Afortunadamente, el ejemplar se encuentra saludable, sin heridas o marcas de interacción con artes de pesca.