The Washington Post reveló que un joven ultraderechista religioso, aficionado a las armas y trabajador en una base militar estadunidense es quien está de la filtración de documentos altamente sensibles y clasificados del gobierno de Estados Unidos, según declaraciones de un miembro del grupo —quien legalmente es menor de edad— en el que se compartieron los documentos por un chat de Discord.
De acuerdo con dos entrevistados por el diario, bajo la condición de anonimato, el presunto autor de las filtraciones es un hombre de entre 20 y 25 años, que usaba el seudónimo de ‘OG’, y durante meses envió a sus compañeros los documentos, primero reproducidos a mano, y después mediante fotografías.
‘OG’ les dijo a los miembros del grupo que él pasaba “parte del día dentro de una instalación de seguridad en la que están prohibidos los celulares y otros aparatos electrónicos” y que “trabajaba a destajo durante horas” preparando documentos “para compartirlos con sus compañeros en Discord”, en un chat grupal de 24 personas.
El grupo, formado por hombres y chicos jóvenes en su mayoría, se creó en torno a su “amor mutuo por las armas de fuego, el material militar y Dios”, constituyendo en 2020 “un club” al que solo se podía acceder con invitación.
El presunto difusor, el mayor del grupo, habría ido explicando a los otros miembros el significado de la jerga militar en los documentos, y se habría jactado de estar revelando cosas que “el Gobierno no quiere que se sepan”. En ese grupo se publicaron centenares de documentos confidenciales, algunos en categoría de “Top Secret”, bajo su seudónimo.
Algunas informaciones eran tan sensibles que estaban marcadas con la etiqueta “NOFORN”, es decir, que no podían ser divulgadas a personas extranjeras. Un miembro del grupo afirmó que ‘OG’ no envió nada por error, que sabía con certeza lo que estaba haciendo, y que conoce el nombre real, así como la ubicación del presunto autor de las filtraciones, aunque expresó que esperará a la investigación realizada Servicios de Inteligencia de Estados Unidos.
El diario tuvo acceso a vídeos enviados al grupo por ‘OG’ —que algunos miembros describen como un tío o casi una figura paterna—, en el que se encuentra en un campo de tiro, profiriendo insultos racistas y antisemitas antes de disparar al objetivo. Añade uno de los entrevistados que en el grupo había personas de fuera de Estados Unidos, entre otros países de Rusia y Ucrania.
La fuente afirmó que se enojó “por la aparente falta de interés de los más jóvenes” por este tipo de temas, afirmando que había pasado “una hora cada día escribiendo estos mensajes tan largos en los que a menudo hacía anotaciones y explicaciones de cosas que nosotros los ciudadanos normales no entenderíamos”.
El pasado 28 de febrero salió del grupo la primera tanda de documentos, compartidos por alguno de los usuarios, pero sin una fuente identificada en otro chat de Discord, que se fueron pasando a otros grupos, aunque los Servicios de Inteligencia estadunidenses no reportaran constancia de estas filtraciones hasta un mes después.
A mediados de marzo, ‘OG’ dejó de publicar documentos, y un día antes de que The New York Times informara de la presunta filtración, escribió “frenético” en el chat de Discord, asegurando que “algo había pasado, y pedía a dios que esto no ocurriera”. Tras revelarse a los medios, los miembros del grupo saltaron a otro servidor para continuar sus conversaciones, en las que el presunto autor de las filtraciones confesó sentirse “confuso y perdido sobre qué hacer a continuación”.
Finalmente pidió al resto de miembros del grupo que borrasen todos los documentos y todos los mensajes y desapareció. Uno de los entrevistados por el Washington Post lamentaron que tuviera que desaparecer, “se sintió como perder a un miembro de la familia, todos lloramos”.
Además, dijo que en cuanto los servicios de Inteligencia de Estados Unidos identifiquen a ‘OG’ —algo que da por hecho que ocurrirá—, no tendrá un juicio justo y será enviado en su lugar a “Guantánamo o a algún lugar oscuro”, e incluso ha añadido que quizá será “asesinado”.
Los documentos publicados dan cuenta de las preocupaciones de los servicios de inteligencia estadunidenses respecto a la viabilidad de una contraofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas, debido a problemas de formación y de abastecimiento, así como la capacidad de Kiev para seguir defendiéndose de los bombardeos rusos.
Además de información sobre Ucrania, los documentos también incluyen análisis confidenciales de los aliados de Estados Unidos, a quienes los funcionarios estadunidenses tratan ahora de tranquilizar. Muchos de los archivos ya no están disponibles en los sitios donde aparecieron por primera vez y otros fueron retirados por Estados Unidos.
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