ESPAÑA.- Barcelona conquistó la Supercopa con una exhibición incontestable, imponiéndose en todo a un Real Madrid sin respuesta, inferior táctica, técnica y físicamente a su oponente. Como advirtió Laporta, arrasaron a un conjunto que constata un momento bajísimo, peor incluso que el del pasado año, en una caída que se aprecia desde el Clásico liguero. De hecho, la amplitud de la victoria se quedó donde se quedó gracias a Courtois, el único al nivel exigible.
Gol de Gavi (0-1) en el Real Madrid 1-3 Barcelona
A la tercera, Arabia Saudí celebró la final que deseaba desde que paga por celebrar la Supercopa en su territorio. Real Madrid y Barcelona midieron su momento de la temporada con la sospecha de que, a estas alturas, la ventaja es azulgrana.
Se constató desde el inicio, con Xavi apostando por un 4-2-3-1 que le dio ventaja en el medio. Pero más allá del dibujo, que también, el equipo azulgrana se impuso en ritmo, con balón y sin él. Y en agresividad, según comprobó Vinicius al recibir de Araujo fuera del campo, antes del cuarto de hora.
Lejos de aquella tarde calurosa del Bernabéu, el Madrid buscó agruparse atrás para salir a la contra, pero no tiene energía ni claridad para hacerlo. El primer aviso fue de Lewandowski, que cabeceó cerca de la escuadra un centro desde la izquierda. Lo sirvió Gavi, como la siguiente, un pase atrás que el polaco remató abajo para el milagro habitual de Courtois, despejando sobre el poste. Avisos muy serios a los que respondió Benzema con un cabezazo cerca del palo, tras un buen centro de Mendy.
Con información de Marca