CDMX. El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu pagó 97 mil 192 pesos para grabar escenas de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades en el Museo Nacional de Historia, es decir, el Castillo de Chapultepec.
“Por los permisos no se realizó ningún tipo de pago para el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por parte del cineasta Alejandro González Iñárritu”, señaló Asgard Torres Esperanza, subdirector administrativo del Castillo de Chapultepec.
Según el representante del Museo Nacional de Historia, el único pago que realizó el cineasta fue para cubrir 8 días de videograbaciones, de 97 mil 192 mil pesos.
“La empresa Limbo Films depositó a la cuenta centradora del INAH más de 97 mil 192 pesos por ocho días de grabación de acuerdo a las tarifas del año 2021”, revela documentación en poder de Forbes México.
El dinero pagado para grabar unas escenas de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades en el Museo Nacional de Historia, mejor conocido como Castillo de Chapultepec, llegó a la caja recaudadora del Museo Nacional de Historia, cuyo destino es la Tesorería de la Federación, explica el INAH.
“Se localizaron dos solicitudes dirigidas a la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos por parte de la empresa Limbo Films, quien manifestó ser la productora de una película del director mexicano Alejandro González Iñárritu”, comentó Enrique A. Álvarez Tostado Rivas, director de Asuntos de lo Consultivo del INAH.
La primera solicitud de Limbo Films fue recibida por los funcionarios del INAH para llevar a cabo filmaciones en el Castillo de Chapultepec los días 12, 13, 19, 20, 26 y 27 de abril de 2020, señaló el funcionario.
Sin embargo, las filmaciones de la película de González Iñárritu no se llevaron a cabo por la Jornada de Sana Distancia establecida por la Secretaría de Salud para frenar la pandemia de mundial de Covid-19, recuerda el funcionario del INAH.
“La empresa Limbo Films está llevando a cabo la producción de una película del afamado director mexicano Alejandro González Iñárritu”, expresó Tita Lombardo, productora de Limbo Films, en un oficio entregado el 10 de enero de 2020 a María del Perpetuo Socorro Villarreal Escárcega, coordinadora Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH.
En dicha película tenemos algunas escenas, que sería importante poder filmar dentro del Castillo de Chapultepec, explicó la cineasta.
Agregó que el personaje principal, un periodista maduro y prestigioso, tiene una cita con un americano amigo suyo: “La cita la tienen un lunes, día que cierra el Castillo de Chapultepec y en donde están ensayando y preparando una dramatización del 13 de septiembre de 1847, en donde soldados americanos acechan a los heroicos cadetes del Colegio Militar Mexicano Mexicano, cuyo evento una vez listo se presentará el público conmemorando el aniversario número 175 del evento”.
“Los personajes tienen primero un breve encuentro dentro de uno de los salones de preferencia la sala de visitas de Carlota), posteriormente al salir a las terrazas, los personajes serán testigos de este ensayo de los soldados de ambos países”, apuntó. La escena será una reinterpretación teatral y poética de aquel evento.
En 2021, la empresa Limbo Films entregó una segunda solicitud para filmar escenas de Bardo en el Castillo de Chapultepec, añadió.
“Se presentó un nuevo calendario para llevar a cabo las filmaciones, por lo que tomando el semáforo epidemiológico y las medidas sanitarias implementadas por la Secretaría de Salud, se autorizaron 8 días filmaciones”, manifestó director de Asuntos de lo Consultivo del INAH.
El cineasta mexicano usó el Castillo de Chapultepec del 12 al 19 de marzo de 2021 en un horario de las 9 de la mañana hasta las 17 horas de la tarde, comentó Enrique A. Álvarez Tostado Rivas.
La coordinadora Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH dio el permiso a Luis Carlos Schmidt Ruiz del Moral, representante legal de Films, para grabar escenas de Bardo.
“Me refiero a su atenta solicitud relacionada con la posibilidad de que autorice a un equipo técnico y de talento de esa empresa realizar ensayos y videograbaciones en las instalaciones del Museo Nacional de Historia”, escribió María del Perpetuo Socorro Villarreal Escárcega.
Los permisos fueron para usar la fuente del Chapulín, el Jardín de las Pérgolas, exteriores y pasillos, sala de vista de gobelinos, torreón de recamaras imperiales, escaleras de leones y escalera principal del Museo Nacional de Historia
“Los días 12, 13 y 14 preparación ensayo en zona de escaleras Alcázar, escaleras principales, fuente del Chapulín, así como 15, 16, 17, 18 y 19 filmación e inicio de desmontaje , recorrido visual y revisión con personal del museo de las 9 horas a las 17 horas”, acotó.
La encargada de temas Jurídicos del INAH apuntó que el material obtenido se utilizará exclusivamente para la reinterpretación de la Batalla de Chapultepec de 1847, vinculada con la historia y relevancia del Recinto Museográfico, que se llevará a cabo bajo la dirección del cineasta Alejandro González Iñárritu.
“Todo uso indistinto al autorizado tendrá que ser tramitado previamente ante la Coordinación y en su caso de aprobación cubrir los derechos correspondientes”, recomendó.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia pidió acatar a Limbo Films una serie de disposiciones como la fijación de imágenes exclusivamente en áreas y espacios señalados.
Las estructuras debieron conservarse en su forma original, por lo que no se pudo llevar a cabo ningún trabajo de perforación, construcción ni se pudo subir a los techos, estructuras, fijar, clavar ni pintar o anclar elementos ajenos en pisos y muros del Museo Nacional de Historia y los monumentos históricos.
Los equipos de videograbación, como torres y tripodes no se pudieron fijarse en muros ni estructuras arquitectónicas del Museo Nacional de Historia ni se permitió colocar equipo pesado, como rieles y grúas, sobre los techos, paredes y bienes culturales.
Al final de la fijación de imagen debieron de retirarse todos y cada uno de los elementos utilizados y tuvieron que coordinarse en todo momento con los funcionarios responsables del Museo Nacional de Historia y del Instituto Nacional de Antropología.
Además, la filmación tuvo que presentar en la Dirección del Museo Nacional de Historia la póliza del seguro en contra de pérdidas o daños causados a terceros y al patrimonio cultural, que se localizan en el mismo.
La casa productora no debió dejar basura ni desechos ni le permitieron abrir vitrinas, quitar capelo o señalizaciones.
Con información de Forbes.