Estados Unidos descubriría a tiempo si Rusia estuviera preparando un ataque nuclear en Ucrania y Moscú bien podría querer que se supiera, opinaron expertos en armas nucleares
El presidente ruso, Vladimir Putin, habló de recurrir a las armas nucleares si advierte amenazas a la “integridad territorial” o la existencia de Rusia.
La declaración de Moscú del viernes de anexionar cuatro regiones parcialmente ocupadas de Ucrania significaba que Rusia baraja recurrir al armamento nuclear en caso de ataques en el territorio reclamado.
Esa eventual escalada se haría probablemente con un arma nuclear táctica pequeña, tal vez lanzada en un misil balístico Iskander de corto alcance, según los expertos.
Aunque analistas militares restan de momento importancia a las amenazas de Moscú y funcionarios estadunidenses dicen que no advierten señales de ese tipo, varios países Occidente observan de cerca si surgen verdaderas amenazas atómicas.
¿Dónde las bombas?
La preparación de un ataque sería evidente, comentó Pavel Podvig, investigador del Instituto de Investigación sobre Desarme de la ONU en Ginebra.
El instituto trazó en 2017 un mapa de 47 lugares de almacenamiento nuclear en toda Rusia. Esos sitios son vigilados constantemente por satélites de inteligencia y vigilancia militar de Estados Unidos y otros países.
Podvig dice que Rusia desplegó sus cabezas nucleares estratégicas o de largo alcance en tierra, en misiles, bombarderos y submarinos.
Pero sus armas nucleares no estratégicas o tácticas, que serían unas 2 mil, se almacenan y no se montan en vehículos lanzadores como el Iskander, según Podvig.
“No hay Iskanders rodando por ahí con cabezas nucleares. Estas armas están almacenadas”, dijo.
¿Cómo saberlo?
“Confío en que Estados Unidos percibiría la preparación rusa para el uso de armas nucleares”, declaró Mark Cancian, un exfuncionario estadunidense que trabajó en temas nucleares y actualmente integrante del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
Las señales también provendrían de acciones preparatorias de las fuerzas terrestres, como la entrega de equipos de protección, por ejemplo.
“Todo eso sería visible”, apuntó.
Podvig dijo que Moscú, al igual que Washington, aplica desde hace décadas una gestión disciplinada de sus ojivas nucleares, y ese sistema de gestión es bastante sólido y visible.
“Estamos bastante seguros de que no hay instalaciones escondidas”, mencionó.
“Las armas nucleares necesitan cierta estructura, gente entrenada y mantenimiento. Eso no se puede dejar librado al azar”, agregó.
Técnicamente se pueden sacar sigilosamente un par de bombas de los depósitos, dijo. Pero eso implica riesgos, incluyendo ataques preventivos de Occidente.
“Los rusos no tendrán certeza de que no fueron detectados. Es una suerte de juego de azar”, expresó Podgiv.
Más aún, añadió, hasta es probable que Rusia quiera que Occidente vea esos preparativos y los tome como una advertencia.
Aviso al mundo
Semanas antes de la invasión del 24 febrero, Estados Unidos advertía a Kiev y sus aliados de las intenciones rusas de invadir Ucrania con el aparente propósito de disuadir a Moscú.
¿Advertiría Washington al mundo si detectara que Rusia planea un ataque nuclear? Hacerlo podría generar pánico no sólo en Ucrania sino en otras zonas que podrían ser afectadas por lluvia radioactiva.
La alarma, además, podría tener alcance mundial si la gente espera una escalada hacia una guerra nuclear transcontinental.
Seguramente Estados Unidos advertiría a sus aliados y a otras potencias, entre ellas China e India, para que presionen a Moscú para que desista so pena de aislamiento internacional.
Probablemente Washington considere también emitir advertencias públicas para aumentar la presión sobre Rusia, según Podvig.
“La estrategia tiene que basarse en el aislamiento. Hay que reforzar lo inaceptable que es esto, es criminal”, remarcó.
“Ese mensaje puede tener valor disuasorio”, añadió.
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