Tras caer al cuarto lugar en reciente encuesta, la presidenta interina de Bolivia decidió abandonar la carrera electoral
En plena carrera electoral por la silla presidencial de Bolivia, la mandataria interina Jeanine Áñez sorpresivamente declinó, el jueves 17 de septiembre, su candidatura para los comicios del 18 de octubre.
A casi un mes de las elecciones, la mandataria explicó en un mensaje a la nación que tomó la decisión “para garantizar que haya un ganador que defienda la democracia” y así no vuelva a gobernar el partido del expresidente Evo Morales.
“Lo que está en juego no es poca cosa; es la democracia en Bolivia. No es un sacrificio es un honor. Lo hago para ayudar a la victoria para quienes no queremos que vuelva la dictadura”, agregó.
Poco después, llamó a la unidad de los postulantes, sin especificar a qué candidato apoyará, para vencer al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, quien renunció al poder en 2019 tras unas fallidas elecciones calificadas como fraudulentas y quien actualmente está refugiado en Argentina.
Tras la salida de Morales, Áñez asumió la presidencia interinamente con la misión de convocar a elecciones, lo que se retrasó por la pandemia.
En enero, la mandataria hizo publica su candidatura con un alianza política denominada Juntos, lo que desató una ola de críticas que debilitó su gobierno y le restó apoyo.
Según el procedimiento del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la alianza Juntos debe presentar formalmente la declinación para que ellos después se pronuncien oficialmente.
La gobernante hizo el anuncio después que cayó de un tercer lugar a un cuarto con un 10% de la preferencia del voto, según una reciente encuesta de la Fundación Jubileo, asociada con la estatal Universidad Mayor de San Andrés, entre otros.
El sondeo le dio el primer lugar al candidato del MAS y exministro de Economía, Luis Arce, quien obtuvo un 40%, seguido del expresidente Carlos Mesa con 26,2%. En tercer lugar figura el exlíder cívico, Luis Fernando Camacho, con 14,4%.
La encuesta fue realizada a 15 mil 979 personas de forma presencial y virtual entre el 7 de agosto y el 15 de septiembre con un margen de error de 0.78 a 1.62 puntos porcentuales.
Si en los comicios los resultados reflejaran las preferencias de los sondeos, no habría una segunda vuelta.
“Con esta decisión, el elector se va sentir libre de apoyar al candidato que vea necesario. Puede ser que vaya apoyar al voto útil, que es el del señor Mesa, o al tercer lugar, que es Camacho. Yo creo que ella renunció a su candidatura por la presión de sus aliados, para evitar un desastre. Esta decisión es más simbólica”, dijo ante los medios el analista político y profesor de la Universidad Nuestra Señora de La Paz, Marcelo Silva.
Áñez, de 53 años, es la segunda mujer que asume la presidencia de Bolivia y es la que más ha gobernado, con diez meses. Su antecesora, Lidia Gueiler, sólo lo hizo nueve meses entre 1979 y 1980. Ambas tuvieron el poder en mandatos de transición con la misión de convocar a elecciones.
La pandemia del nuevo coronavirus extendió el periodo de gobierno de Áñez. En este tiempo el gobierno perdió más respaldo de sus seguidores tras denuncias de corrupción en la compra de 170 respiradores.
Con información de AP