Activistas y miembros de organizaciones civiles exigieron a las autoridades de salud de México la regulación de productos ultraprocesados, alcohol, tabaco y bebidas azucaradas, que han elevado el número de muertes asociadas a enfermedades no transmisibles en el país.
“México ha sido señalado como el principal país ante el consumo de estos productos ultraprocesados en toda la región de Latinoamérica, con un promedio de 214 kilogramos de consumo de estos productos por persona al año”, apuntó en una conferencia de prensa Paulina Magaña, coordinadora del área de Salud Alimentaria en la organización El Poder del Consumidor.
La experta explicó que cerca del 85 por ciento de las personas en México consumen bebidas azucaradas de manera regular, y alertó que el 69 por ciento de estos productos son azúcares añadidos.
Este tipo de productos, señaló, han contribuido en el aumento en la incidencia de enfermedades como diabetes, hipertensión e insuficiencia renal crónica, las cuales, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), representan un 27 por ciento de su presupuesto para atenderlas, alrededor de 109 mil millones de pesos.
“En general, estos son los gastos por atención médica sin contemplar los gastos que las familias sin seguridad social están generando en sus bolsillos, pero también los costos indirectos de las enfermedades crónicas, por ejemplo, el ausentismo laboral o la discapacidad que pueden provocar”, lamentó.
De acuerdo con Magaña, tan solo en los últimos 10 años un total de 932 mil mexicanos han muerto por enfermedades relacionadas con el consumo de productos ultraprocesados.
Las cifras son aún más crudas si se considera que en 2014 las muertes por estas causas fueron de 59 mil.
Por su parte, Arturo Sabines, vocero de la Red de Acción sobre Alcohol, insistió en que en México hay más muertes relacionadas con enfermedades no transmisibles que tienen que ver también con el consumo de sustancias como el alcohol y el tabaco.
“México ha pasado de ser un país que tenía patrones esporádicos de consumo de alcohol a tener patrones de consumo excesivo de alcohol, debido a la alta disponibilidad de estos productos”, señaló.
Destacó que actualmente, en el caso de los adolescentes, hay una paridad en el consumo entre hombres y mujeres, cuando hace 20 años era una proporción de 4 a 1.
“Vemos con preocupación que esta alta disponibilidad se traduce lamentablemente en una cantidad enorme de consecuencias sociales porque el alcohol no solamente trae consecuencias físicas a la salud, también trae lamentablemente un deterioro al tejido social”, señaló.
Yahaira Ochoa, vocera de la organización Salud Justa MX, recordó que en México el tabaco mata anualmente a 63 mil personas.
Sin embargo, esas muertes pudieron haberse prevenido con políticas dirigidas a los consumidores y contra la industria tabacalera.
“Estamos aquí justamente para protestar porque la industria tabacalera también tiene estrategias violentas dirigidas particularmente a niñas, niños y jóvenes. Crean nuevos productos como son los vapeadores, bolsas de nicotina y demás productos que dañan la salud”, enfatizó.
Ante ello, los activistas pidieron al Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y a las autoridades de salud poner en marcha “de inmediato” una política pública múltiple para reducir el consumo de estos productos, que implemente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
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