CDMX.- El Barcelona de Flick sigue resistiendo y mandando en LaLiga gracias a la incorporación de Dani Olmo en la segunda parte y la aportación de un Pedri que volvió a liderar al equipo y de Lamine, que aporta un punto de desequilibrio incontrolable, superó una serie de dificultades que en otra época hubieran desquiciado al equipo para acabar ganando en Vallecas por 1-2 remontando el partido. El Barça suma tres victorias en tres partidos, pero hoy sufre por la lesión que sufrió Marc Bernal.
Poco a poco, el barcelonismo va conociendo a su nuevo entrenador. Ayer Hansi Flick dio una pista de su libro de estilo evitando las rotaciones que son habituales en las semanas de tres partidos. A pesar de tener ya a su disposición a Dani Olmo y de tener más rodado a Fermín, el técnico alemán sólo cambió al lateral izquierdo. Balde se quedó en el banquillo para dar salida por primera vez como titular a Gerard Martín.
En el Rayo tampoco hacía falta hacer ningún experimento. Últimamente, los de Vallecas han encontrado la receta para darle mala vida al Barcelona. Presión alta, mucho ritmo, marcar un gol y luego tirar de oficio. De entrada, el plan a los de Iñigo les salió de perlas. Dominaron el juego en todas las facetas por intensidad y a los diez minutos se encontraron con que la defensa del Barcelona se hizo un lío tirando la línea del fuera de juego y que Ter Stegen se tragó con patatas el chut de Unai López que iba por su palo. Era el 1-0 en el minuto 10 de partido, pero avisos anteriores ya había dado el Rayo mediante Álvaro e Isi.
Con el gol a favor, el Rayo ejecutó la segunda parte de su plan. Repliegue, pérdidas de tiempo y romper el ritmo de juego. Y le siguió dando resultado ante un Barça abotargado en el que Pedri iba muy lento, Raphinha demasiado rápido y Ferran Torres y Lewandowski tocaban menos bola que los Bukaneros.
Sólo Lamine Yamal, de nuevo el niño al rescate, era el argumento ofensivo del equipo de Flick, que necesitaba un meneo urgente. El alemán miró a la banda y mientras sus jugadores se iban al vestuario en la media parte ordenó a Dani Olmo calentar en serio. Ferran Torres, espantoso todo el primer tiempo, había comprado todas las papeletas para no regresar al terreno de juego. La primera acción de Olmo en el campo ya demostró que el Barça subía una marcha. Lejeune le derribo en el área ante Soto Grado, que no vio penalti. El Barça tenía otra pinta porque Pedri empezaba a carburar y Dani Olmo demostró lo que dijo a los medios del club a su llegada: que no le gusta perder ni a las canicas.
Lewandowski perdonó un gol cantado, luego Olmo hizo temblar con un chut lejano el larguero de Cárdenas y finalmente, a los 60′ Pedri empató el partido en una jugada iniciada por el canario, que al lado de Olmo empezaba a disfrutar.
Con el Barça asediando la portería del Rayo, Lewandowski marcó el segundo, pero Soto Grado decidió agrandar su leyenda negra ante los blaugrana anulándolo tras consultar el VAR que no fue a ver en la jugada de Olmo. Pero el Barça iba con la cadena fuera y el equipo siguió con la misma dinámica mostrada ante el Valencia y el Athletic en las dos primeras jornadas, en las que los de Flick arrollaron físicamente al rival.
Una internada de Lamine Yamal en la que se volvió a rifar a Pacha Espino le sirvió a Olmo para cruzar un balón y marcar un gol inapelable. Acabó sufriendo el Barcelona porque jugó los minutos finales con uno menos por lesión de Bernal, pero resistiendo a base de pulmones. Les sobran.
Fuente As