Tras ocho años de paralización por litigios ambientales, la AMPI llama a reactivar el proyecto inmobiliario Malecón Tajamar en Cancún, advirtiendo posibles indemnizaciones de más de 6,000 millones de pesos si no se avanza.
Cancún, Q. Roo.- Han transcurrido ocho años desde que Malecón Tajamar se vio envuelto en un litigio ambiental que a la postre terminó por cancelar en definitiva este proyecto inmobiliario planificado y comercializado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Aunque el complejo se ha mantenido intocado y de hecho se ha convertido en espacio de convivencia para los cancunenses, existen 22 propietarios de terrenos dentro del Malecón que ven con incertidumbre que Fonatur ya ha dejado Cancún, pues traspasó al gobierno del estado todas sus responsabilidades de mantenimiento a la zona hotelera de esta ciudad; además de que ha comenzado a rematar toda su reserva territorial.
Ante estos dos hechos que pueden ser interpretados como una inminente desaparición de Fonatur, Miguel Ángel Lemus Mateos, dirigente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) en la región sur-sureste, se encuentra organizando una petición conjunta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador en la que los propietarios de predios en Malecón le solicitarán que destrabe este proyecto planificado, urbanizado, lotificado y comercializado por Fonatur.
“Creemos que con una orden superior de autoridad del presidente de la República podría revertirse el amparo y darle a este desarrollo el dinamismo económico que puede generar muchos empleos y una derrama económica sin precedentes”, expone en entrevista el empresario inmobiliario.
Según Lemus Mateos, Malecón Tajamar tiene autorizadas un total de 2,583 unidades de negocios, y tiene una vocación de suelo con usos mixtos, es decir, se podrían construir desde hospitales, hoteles edificios de oficinas y centros comerciales, hasta viviendas e incluso estuvo contemplada en uno de sus predios la Basílica de Cancún.
El empresario añade que pese al amparo que en 2017 canceló este proyecto de un plumazo, en los distintos programas de desarrollo urbano (PDU) que han estado vigentes en Cancún desde entonces, Malecón Tajamar ha conservado esa vocación de espacio urbano, puesto que ya está atravesado por avenidas e infraestructura que hacen de este un espacio ya impactado.
Escenario adverso
En caso de que no haya salida satisfactoria para los empresarios que adquirieron terrenos en Malecón Tajamar con la esperanza de desarrollar la tierra y ampliar su plusvalía mediante la edificación de distintos negocios, Lemus Mateos advierte que podrían llegar a exigir indemnizaciones que en su conjunto superarían los 6,000 millones de pesos.
Esto es el doble del monto que en 2016 los entonces directivos de Fonatur aseguraron que costaría al gobierno indemnizar a los propietarios de las 72 hectáreas que conforman todo el complejo que originalmente se llamó Malecón Cancún, pero que por motivos de derecho de autor tuvo que ser cambiado a Malecón Tajamar.
“En 2016 a precios históricos se habló de 3,000 millones de pesos, pero si los ponemos a valores presentes podríamos estar hablando de 5,000 ó 6,000 millones de pesos, que evidentemente no los va a poner el gobierno federal para indemnizar”, asegura.
Un poco de historia
En enero de 2016 la policía del ayuntamiento Benito Juárez escoltó el ingreso de maquinaria pesada para el desmonte de manglar y selva en el Malecón Tajamar.
La urgencia era mucha, pues en julio de ese mismo año vencería la autorización de impacto ambiental otorgada por la Semarnat a Fonatur en 2005, la cual los amparaba para desmontar las 72 hectáreas que conforman el Malecón, incluso aquellas áreas con manglar, especie protegida por la Ley General de Vida Silvestre.
La referida ley fue aprobada uno o dos años después de la autorización para limpiar, urbanizar y lotificar Malecón Tajamar, por lo que al no haber retroactividad en su aplicación, tenían apenas unos cuantos meses para ejecutar el desmonte de vegetación, aún de especies protegidas como el manglar o la palma chit.
Las imágenes de los trascabos devastando manglar y sepultando especies animales vivas rápidamente encendieron el descontento social, que derivó en la toma del sitio por los propios cancunenses y de manera paralela el inicio de un litigio en tribunales.
Luego de varios meses de batalla legal, el millonario provecto inmobiliario quedó cancelado tras las decisión irrevocable del tercer tribunal colegiado del poder judicial federal, el cual determinó que las autorizaciones ambientales entregadas en 2005 a ese proyecto del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) fueron irregulares y por ende no puede desarrollarse desde 2017 ningún tipo de infraestructura urbana como la que se tenía planeada para ese espacio
Inversión federal
En el documento “Malecón Tajamar, Desarrollo Responsable Apegado a Derecho”, elaborado por Fonatur, se expone que entre los años 2003 y 2012, el gobierno federal invirtió 618 millones de pesos en la urbanización de las 53 hectáreas que conforman todo el complejo, denominado originalmente Malecón Cancún.
También se expone que entre 2006 y 2015 Fonatur vendió un total de 41 lotes, restando a la fecha aún otros 2 más por comercializar. “De la comercialización de los lotes, Fonatur obtuvo 2040.7 millones de pesos en ventas, que habrán de implicar una derrama económica por 11,563.7 millones de pesos y la creación de 5,166 empleos directos y 10,332 empleos indirectos”, en caso de que Malecón Tajamar hubiese podido ser desarrollado en su totalidad como estaba planeado originalmente.
El Fondo además argumenta que el desarrollo de Malecón Tajamar tendría beneficios indirectos para Cancún como “el incremento y la diversificación de la oferta inmobiliaria, entrada de divisas por llegada de inversionistas extranjeros, incremento en la afluencia de turistas nacionales y extranjeros, y mayor consumo de servicios turísticos en la zona de influencia.
Fonatur anticipó en 2017 que podría haber demandas por hasta 3,000 millones de pesos en contra del gobierno federal por parte de los propietarios de terrenos en Malecón Tajamar por no haber podido desarrollar los proyectos para los cuales adquirieron dichos terrenos.
Información: El Economista.