CDMX.- La vuelta en el Azteca debió ser una fiesta, pero el triunfo del Atlético de San Luis dejó un sabor amargo en la eliminatoria. El global dictó un imponente 5-2, aunque era en el Coloso de Santa Úrsula donde se esperaba la celebración completa, jamás llegó.
Las Águilas salieron en modo vuelo. Su tranquilidad fue notable desde el arranque del encuentro, donde André Jardine hizo hasta seis cambios para darle descanso a aquellos que fueron protagonistas a media semana en el Alfonso Lastras.
Leal soñó con la hazaña potosina. El entrenador brasileño mandó al 11 más regular que tuvo en la temporada. Atrás quedaron los experimentos, Bonatini volvió a la punta y Jordan Silva tuvo que entrar por las molestias musculares que presentó el Cata Domínguez.
Las Águilas están en la gran final pero con un partido para el olvido. Ahora sólo toca esperar contra quién jugarán el próximo domingo desde el Estadio Azteca.
El combativo equipo tunero recordó el estilo que lo caracterizó en la temporada. Las constantes llegadas de Chávez y Sanabria comenzaron a taladrar la improvisada defensa azulcrema. Bonatini se quedó cerca, Malagón se ensució el uniforme desde que arrancó el juego.
Las llegadas visitantes fueron constantes. Bilbao, Vitinho y Salles-Lamonge hicieron figura a Malagón. Luis Ángel simuló una muralla, detuvo todo lo que iba entre los tres postes.
La gente no abucheó, pero cuando el descanso arribó, el silencio inundó todo el barrio de Santa Úrsula.
Leal mandó al Ingeniero Zaldívar, también al juvenil Íker Moreno. Jardine sacó a Cáceres por Lichnovsky. Las modificaciones le vinieron mejor a la visita. Villalpando comandó una contra perfecta. El pase del 10 terminó en la zurda de un Sanabria que dejó solito a Zaldívar para poner a los rojiblancos en ventaja.
A pesar de ir abajo en el marcador, la afición azulcrema no se quedó callada y siguió alentando a su equipo.
Jardine se hartó del dominio. Quiñones, Fidalgo y Zendejas entraron al campo, poco después Naveda tuvo minutos. Leal respondió con Klimowicz, Damm y el Coque Castro, la batalla dormilona y aburrida.
Los últimos minutos le sobraron a la eliminatoria. América siguió sonámbulo, mientras San Luis, gracias al Ingeniero Zaldívar, puso el segundo de la noche para maquillar el global.
No hubo más, en modo vuelo, el América se metió a la final, será un felino el que lo desafiará. Por lo pronto, lo visto en la vuelta en el Azteca sólo quedará en el recuerdo, como la racha invicta que tenían desde la jornada dos. El abucheo final lo dijo todo. ¡Vaya decepción!
Con información de Esto