Algunos cárteles subcontratan redes especializadas en la construcción de los semisumergibles, cual si fueran empresas de taxis para transportar narcóticos desde Colombia
Desde una aeronave tipo King Air, la Marina Armada de México detectó un semisumergible frente a las costas de Huatulco, Oaxaca; tras realizar una inspección encontró que se trataba de un narcosubmarino que transportaba 106 paquetes de cocaína, con cuatro hombres de nacionalidad colombiana a bordo.
“Se avistó una embarcación sospechosa tipo semisumergible con cuatro motores fuera de borda, por lo que con apoyo de dos unidades de superficie de esta Institución, se procedió a efectuar la inspección de citada embarcación logrando la detención de cuatro presuntos infractores de la ley, de nacionalidad colombiana”, reportó el Sector Naval de Huatulco.
De acuerdo con la Armada, estas acciones fueron durante la jornada del reciente 6 de enero, cuando la Guardia Costera realizaba labores de patrullaje. El decomiso fue realizado por personal adscrito a la Octava Región Naval, de Acapulco, Guerrero, en coordinación con la Décimo Segunda Zona Naval ubicada en Salina Cruz, Oaxaca.
“Las personas detenidas, a quienes les fue leída la Cartilla de Derechos Humanos, así como la embarcación y presunta droga aseguradas, serán puestas a disposición de la Fiscalía General del estado de Oaxaca y de las autoridades competentes, para determinar el peso ministerial y realizar las pruebas pertinentes, así como integrar la carpeta de investigación correspondiente”, detalló la dependencia encabezada por el almirante Rafael Ojeda Durán.
Cabe destacar que en noviembre pasado, la Armada también decomisó un narcosubmarino, justamente, en Huatulco, Oaxaca. En aquella ocasión no se reportaron detenidos, pues la embarcación estaba ya en la costa y fue recuperada tras una denuncia anónima.
Para trasladar la cocaína y otros narcóticos de Colombia a México, los cárteles mexicanos no reparan en gastos y ocupan vehículos de aire, mar y tierra, sin embargo, los semisumergibles artesanales se han convertido en su transporte preferido.
De acuerdo con un análisis de InSight Crime, algunos cárteles subcontratan redes especializadas en la construcción de los semisumergibles. La cadena de producción y distribución de narcóticos ya no está monopolizada, sino existen otros eslabones para facilitar las operaciones; una estrategia similar al pedido de un taxi, pues la red de transporte está desligada de la empresa transnacional.
“Esta subcontratación supone la reducción de costos para los traficantes de droga, quienes no tienen que concentrarse de toda la logística para el envío de cocaína, sino solo coordinar con eslabones más pequeños”, expuso la organización internacional.
Un factor que hace efectivos a estos vehículos es su baja probabilidad para ser detectados. El blindaje de plomo en la parte superior de la nave, así como las tuberías que enfrían los gases de escape generados por los motores, permiten evadir los sensores infrarrojos. Así se reduce el riesgo de perder el cargamento.
Los narcosubmarinos se posicionaron como la vía para transportar cocaína más conveniente después de la década de los ochentas. En la época más compleja del narcotráfico colombiano, los delincuentes preferían las lanchas rápidas e, incluso, pequeñas aeronaves para mover su mercancía.
Después de que el patrullaje marítimo y aéreo se intensificó por el uso de radares, los narcotraficantes optaron por ensamblajes subacuáticos.
A finales de octubre del 2020, las autoridades colombianas interceptaron un semisumergible en el mar Pacífico cercano a Nariño, el cual iba cargado con más de dos toneladas de clorhidrato de cocaína. La droga tenía como destino costas mexicanas y su valor fue calculado en 67 millones de dólares.
De acuerdo con la Armada de Colombia hubo tres detenidos: un colombiano, un ecuatoriano y un mexicano. El semisumergible, con características de un submarino artesanal, se desplazaba a 35 millas náuticas, cerca del sector conocido como la Bocana Amarales.
La Defensoría del Pueblo de Colombia ha reportado que por lo menos tres facciones mexicanas están moviendo la guerra en el país. Se trata del Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas. Estos grupos tendrían el objetivo de negociar la cocaína y garantizar su pureza.
Autoridades mexicanas y colombianas han detectado al menos siete rutas para el tráfico de drogas entre Colombia, Centroamérica, México y Estados Unidos. Tumaco, área donde fue interceptado el semisumergible en octubre, es ubicado con destino a las costas del Salvador y Guatemala.
Con información de Infobae