El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, defendió este viernes su plan de reconstrucción en Guerrero tras el golpe del histórico huracán Otis, que ha dejado 46 muertos, ante las dudas del sector privado, que ha advertido de la necesidad de más tiempo y mayores recursos.
Se les ayuda a todos, pero se tiene que apoyar más a la gente pobre, a la gente más necesitada, que es la mayoría, hay quienes perdieron sus casas, perdieron sus muebles, no tienen estufa, no tienen refrigerador, no tienen camas, entonces primero tiene que ser a ellos”, argumentó el mandatario en su rueda de prensa diaria.
Tras una semana sin un informe oficial de daños, el Gobierno de México estimó este miércoles en 61 mil 313 millones de pesos el costo para las reparaciones y apoyos sociales en Guerrero, tras el golpe de Otis del pasado miércoles 25 de octubre.
Además, López Obrador ha prometido “poner de pie” a Acapulco para Navidad.
Pero la agencia Fitch calculó en 16.000 millones de dólares las pérdidas catastróficas, mientras que las cámaras empresariales previeron dos años y hasta 300.000 millones de pesos (casi 17.000 millones de dólares) para la reconstrucción de Acapulco, la ciudad más dañada y una de las más turísticas de México.
El mandatario, quien visitará de nuevo la zona afectada la próxima semana, justificó su plan por “darle preferencia a los más necesitados”.
“Pero también en el censo que se está levantando, se está incluyendo a pequeños, medianos empresarios, a pequeños comerciantes, a quienes se buscan la vida con una pequeña tienda, con la venta de ropa en los mercados, en los tianguis (mercadillos), los que tenían palapas (pequeños negocios) en las playas, incluso pescadores”, comentó.
López Obrador sostuvo que “sí hay apoyo para todos”, al citar que su Gobierno busca que las aseguradoras paguen “lo más pronto posible” el 40 por ciento de los daños que padecieron más de 300 hoteles, y que la Secretaría de Hacienda les pagará la mitad de los intereses de los créditos que contraten para reparaciones.
Por otro lado, acusó a la oposición de estar detrás de las críticas.
“Ha quedado esto ya de manifiesto, fue lamentable y un error de nuestros opositores el querer utilizar la tragedia con fines político electorales”, aseveró.
“Por eso también el cuestionamiento, lo único que no es válido moralmente, éticamente, es que se utilice la desgracia de la gente, el sufrimiento del pueblo, una tragedia como la de Acapulco, con propósitos políticos, con propósitos electorales, para atacar al Gobierno”, añadió.
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